Glaucoma
Glaucoma, es una enfermedad que causa de deterioro progresivo e irreversible del nervio óptico, estructura encargada de llevar la información visual del ojo al cerebro para que este las traduzca en imágenes.
El principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad es el aumento de la presión intraocular la cual es diferente a la presión arterial. El aumento de la presión se detecta durante la consulta con el médico oftalmólogo.

Causas del glaucoma
- Antecedentes familiares
- Presión intraocular elevada
- Otras causas
La probabilidad de que alguien de su familia haya tenido glaucoma y usted la tenga es del 50% por ello es importante realizarse consultas oftalmológicas por lo menos una vez al año.
Factores como ser afrodescendiente, con hipertensión arterial elevada, migrañas constantes y diabetes tienen un alto grado de posibilidad de tenerlo de manera silenciosa.
La presión ocular es la presión del líquido que se encuentra dentro del ojo. Ojo: No es la misma presión arterial.
El ojo tiene una sustancia gelatinosa conocida como humor vítreo que llena la mayor parte del segmento posterior del ojo. Otro líquido, más acuoso, se conoce como humor acuoso y se encuentra también dentro del ojo. Gran parte del humor acuoso se encuentra en el segmento anterior del ojo, detrás de la córnea y frente al iris.
En un ojo sano, una pequeña cantidad de humor acuoso nuevo entra constantemente al ojo mientras que una cantidad igual de dicho humor acuoso se drena. La mayoría del humor acuoso sale del ojo a través del ángulo de drenaje que se encuentra frente al iris. Esta salida de una cantidad igual de flujo mantiene una presión estable.
Otras causas pueden ser las siguientes:
- Pacientes mayores de 40 años.
- Antecedentes de trauma ocular.
- Antecedentes de uveítis. (Inflamación ocular)
- Pacientes bajo tratamiento prolongado con corticoides.
- Personas hipermétropes (ángulo estrecho).
- Personas miopes.
Preguntas frecuentes
El Glaucoma daña el nervio óptico de manera irreversible por lo que a la fecha no tiene cura. Por eso es importante identificarlo y tratarlo a tiempo.
Glaucoma de ángulo abierto
Es completamente asintomático. Solo se manifiesta cuando ya la enfermedad está muy avanzada y el paciente ha perdido el campo visual periférico, quedando reducido al área central (visión tubular).
El inicio de la pérdida visual es de forma gradual, progresiva e imperceptible.
Solo la revisión oportuna por el oftalmólogo puede llevar al diagnostico precoz y evitar la limitación visual.
Tratamientos
Su tratamiento inicial incluye uso de medicamentos especiales y si no cede, el tratamiento quirúrgico mejorará el drenaje del fluido. Según el caso hay opciones de tratamiento con laser.
Glaucoma ángulo cerrado
Es menos común, ocurre cuando hay alteración de la configuración anatómica del ojo. Se puede presentar un bloqueo súbito en el drenaje del humor acuoso produciendo aumento rápido de la presión intraocular, ocasionando síntomas como dolor, ojo rojo, visión borrosa, náuseas, vómito. Es una urgencia oftalmológica y debe recibir tratamiento inmediato.
Tratamiento
Exige tratamiento quirúrgico llamado iridotomía. También el angulo cerrado puede conducir a un glaucoma crónico.
Es importante los chequeos periódicos para detectar la progresión de la enfermedad.
El tratamiento del glaucoma suele comenzar con gotas para los ojos con receta médica. Algunas pueden disminuir la presión ocular porque drenan mejor el líquido del ojo. Otras disminuyen la cantidad de líquido que produce el ojo. Según cuán baja deba estar la presión ocular, es posible que te receten más de una gota para los ojos.
Las gotas para los ojos de venta con receta médica que contienen medicamentos incluyen las siguientes:
Prostaglandinas. Estas aumentan la salida de líquido del ojo, lo que ayuda a reducir la presión ocular.
Los posibles efectos secundarios incluyen enrojecimiento leve y escozor de los ojos, oscurecimiento del iris, oscurecimiento del pigmento de las pestañas o de la piel de los párpados y visión borrosa. Esta clase de medicamento se receta para usar una vez al día.
Betabloqueadores. Estos reducen la producción de líquido en el ojo, lo que ayuda a disminuir la presión ocular.
Algunos de los posibles efectos secundarios son dificultad para respirar, disminución de la frecuencia cardíaca, presión arterial baja, impotencia y fatiga. Esta clase de medicamento se puede recetar para usar una o dos veces al día, según la afección.
Agonistas alfa adrenérgicos. Estos reducen la producción del líquido que fluye en el interior del ojo. También aumentan la salida de líquido del ojo.
Los posibles efectos secundarios comprenden frecuencia cardíaca irregular, presión arterial alta, fatiga, ojos rojos, irritados o inflamados y boca seca. Esta clase de medicamentos generalmente se receta para usar dos veces al día, pero a veces se puede indicar para usar tres veces al día.
- Inhibidores de la anhidrasa carbónica. Estos medicamentos reducen la producción de líquido en el ojo. Los posibles efectos secundarios incluyen un sabor metálico, necesidad de micción frecuente y hormigueo en los dedos de las manos y de los pies. Esta clase de medicamentos generalmente se receta para usar dos veces al día, pero a veces se puede indicar para usar tres veces al día.
- Inhibidor de la rho quinasa. Estos medicamentos reducen la presión ocular al suprimir las enzimas rho quinasas que generan el aumento de líquidos. Los posibles efectos secundarios incluyen enrojecimiento y molestia en los ojos.
- Agentes mióticos o colinérgicos. Aumentan el flujo de líquido del ojo. Los efectos secundarios incluyen dolor de cabeza, dolor de ojos, pupilas más pequeñas, posible visión borrosa o tenue, y miopía. Esta clase de medicamentos generalmente se indican para usarse hasta cuatro veces al día. Debido a los posibles efectos secundarios y la necesidad de un uso diario frecuente, estos medicamentos ya no se recetan habitualmente.
Debido a que el torrente sanguíneo absorbe parte del medicamento que contienen las gotas para los ojos, es posible que presentes algunos efectos secundarios no relacionados con los ojos. Para minimizar esta absorción, cierra los ojos durante 1 o 2 minutos después de aplicar las gotas. También puedes presionar ligeramente en la esquina de los ojos cerca de la nariz para cerrar el conducto lagrimal durante 1 o 2 minutos.